Ground Zeroes: Un Aperitivo de Lujo Para Los Fanáticos de Metal Gear




El título sobresale gráficamente y nos mete de lleno en el nuevo estilo de mundo abierto que pretende implementar Hideo Kojima en la saga.
 
Fuente: PlayAdictos
 
Seamos claros. Metal Gear Solid V: Ground Zeroes, que se estrena mañana tanto en las consolas de sobremesa PlayStation como de Xbox, no puede ser catalogado como un juego. Es, a mi entender, casi un contenido descargable, pero vendido bajo un nuevo formato: no después de lanzado un juego, sino antes. En este caso, previo al muy esperado Phantom Pain, que promete estrenarse el 2015.
 
Es, sin embargo, una pieza magnífica y pensada sobre todo para los fanáticos de la saga que, por un precio reducido (la mitad de lo que cuesta un juego normal), pueden volver a ponerse al mando de Snake. En este caso, de Naked Snake o Big Boss, quien protagonizara Metal Gear Solid 3 y que, casi diez años después de aquello, vuelve a la acción ahora como agente libre.
 
El título, en rigor, nos presenta una misión que podremos jugar sólo en su modo "normal" la primera vez y que, considerando la forma en que la hagas, debería tomarte entre dos y tres horas de juego. Es que, en rigor, cuesta muy poco dominar los intuitivos controles y para cualquier amante de la saga le será bastante fácil infiltrarse en la base estadounidense presentada en el juego.
 
Una vez finalizada esta misión, habrás completado el 8% del juego, tras lo cual se te desbloquearán nuevas misiones, las cuales le darán bastante vida al título. De hecho, recomiendo totalmente jugar la misión principal en el modo "difícil" (es una lástima que no estuviera habilitado desde el comienzo) porque los enemigos tienen mejor puntería y la infiltración no te será tan sencilla.
 
Pero vamos al análisis. En términos gráficos, el juego en PlayStation 4 es una maravilla. Tuve la oportunidad de jugarlo completo en la nueva consola de Sony, pero también de probarlo en las otras tres plataformas. El punto más alto, sin duda, son las infaltables escenas cinemáticas, al inicio del juego y al final, donde Hideo Kojima saca a relucir lo mejor del arsenal del motor FOX Engine.
 
Otro punto es el uso del "mundo abierto", tan anunciado previamente. En rigor, podrás moverte por todo el campamento y completar la misión ya sea disparando a diestra y siniestra -al menos en el modo "normal"- o pasando casi inadvertido por tus enemigos, yendo directamente a los puntos necesarios o bien recorriendo cada rincón del Campamento Omega (una especie de Guantánamo).
 
En cuanto a los movimientos de Big Boss, como siempre Kojima utiliza casi a la perfección el hardware a su disposición y ponerse al mando de Snake resulta sencillo y familiar. En rigor, Kojima utiliza Ground Zeroes para demostrar lo que puede hacer con The Phantom Pain, incluyendo por ejemplo la utilización de vehículos o de grandes armas antiaéreas.
 
Eso sí, la experiencia no puede catalogarse como completa porque falta, por cierto, lo que es un sello de la saga: los carismáticos enemigos. Aquí no vas a encontrar un jefe final que te estruje el cerebro buscando una estrategia, lo que le quita al título la sensación de que es un "juego" por sí solo.
 
Un punto controvertido de antemano ha sido el reemplazo de David Hayter por Kiefer Sutherland como la voz de Snake. Como fanático de la saga, pero también del trabajo de Kiefer, mi opinión es altamente subjetiva, así que recójanla con pinzas: Sutherland hace un excelente trabajo en las pocas líneas de texto que tiene (sobre todo en las cintas de audio) y amplía la gama emocional de Snake.
 
En resumen, un juego que deja con muy buen sabor de boca de cara a lo que será The Phantom Pain, pero que dejará con gusto a poco a los fanáticos. Eso sí, para estos es, precisamente, una compra obligada a mi juicio. Y considerando que muchas veces pagamos el doble por títulos que son una basura, lo invertido en esta obra vale cada peso.
 

Mi evaluación: 8 de 10







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